por Colectivo Los deconstructores de lo virtual, 9/2/2013. Traducido por
Héctor Castro Portillo, Tlaxcala
Túnez y Egipto viven una involución paralela y similar. He aquí algunos rasgos comunes a los dos países :
1-Una "revolución" virtual
En los dos países, las cosas cambian solo para que todo siga igual:
los dictadores – que no eran más que « dictados » - han sido
derrocados, elecciones democráticas han sido organizadas, los
« islamistas moderados » han accedido al « poder ». Pero es claro que el
poder real no se encuentra en los sillones que ocupan. En Egipto es el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas el que conserva el poder real y
mueve los hilos en contacto directo y permanente con sus padrinos y
protectores en Washington. En Túnez, la situación es mucho más turbia, y
la respuesta a la pregunta sobre « quién detenta el poder real » es
mucho más difícil. Digamos para comenzar que es el cartel mafioso
(hombres de negocios, burócratas, policías) del antiguo régimen, algunos
de cuyos pilares se han dejado crecer la barba.
2-Terapia de choque
Los « poderes democráticos » surgidos de estas « revoluciones »
tienen en común el estar sometidos dócilmente a las órdenes de los que
ordenan: Banco Mundial, FMI, OMC, UE, USA y las petromonarquías del
Golfo. El conglomerado de estos organismos no tiene sino una
preocupación: impedir que los pueblos árabes (y los demás también)
logren llevar a cabo verdaderas revoluciones que den a sus naciones el
lugar que les corresponde, estableciendo la justicia social y
permitiéndoles ejercer sus derechos fundamentales de ciudadanos de un
Estado de derecho. En primer lugar, impedir el goce de la soberanía de
los recursos energéticos que abunda en el subsuelo de sus países y de
los otros bienes comunes (agua, tierras, patrimonio, etc.).
La terapia aplicada consta de varios elementos :
a. Los gobiernos actuales deben pagar exactamente y de inmediato el servicio de la deuda odiosa que han heredado de los dictadores/dictados derrocados, condición única exigida para « otorgarles » nuevos créditos que no hacen más que aumentar la deuda.
b. Los gobiernos deben proseguir el trabajo de « limpieza » ya iniciado por sus predecesores: liquidación de los servicios públicos y por consiguiente de quienes los defienden, privatizaciones, entrega de las riquezas del país a las multinacionales, puesta en marcha de estructuras de control de la población rebelde, principalmente de los trabajadores sindicalizados y de la juventud en situación de precariedad (los diplomados en paro). Para amortiguar los perjuicios sociales de esta « limpieza », la solución propuesta es la « caridad islámica » en lugar de los derechos sociales legítimos.c. La pacificación de la sociedad. Centenas de millones de euros son girados por la Unión Europea y por ciertas fundaciones usamericanas y alemanas, entre otras, a la sociedad civil organizada con un solo objetivo: controlarla, disciplinarla y orientarla hacia un proceso de « justicia transicional* » que no cuestiona el sistema. Principal objetivo: impedir que la juventud diplomada activa acceda al nivel de la política real, es decir, a la organización del pueblo para la satisfacción de sus demandas de acceso a la ciudadanía y a los bienes comunes.
La masacre de la estación de Boloña (Italia) que hizo 85 muertos y 200
heridos el 2 de agosto de 1980, visto por el artista Carlo Carosso
3-Estrategia del caos
La estrategia en marcha en los dos países es fundamentalmente la
misma que la que ha sido aplicada en Grecia en 1967, en América latina y
Turquía, en Italia (estrategia de la tensión), en Líbano de los años
1970 y 1980, y en Argelia de los años 1990, con ajustes tácticos para
adaptarla a cada situación particular. Las armas principales de esta
estrategia son :
a. La utilización de la violencia armada a través de grupúsculos manipulados –lo que se llama « terrorismo »- para sembrar el miedo, desestabilizar la gente y hacerle renunciar a la lucha pacífica de masas, democrática y transparente. El objetivo es romper todas las estructuras (partidos, sindicatos, movimientos) susceptibles de frenar la « liberalización » de la economía.
b. La polarización entre corrientes « ideológicas » en las cuales se pretende forzar al conjunto de la sociedad a entrar, lo que conduce a una lógica deconjunto de la sociedad a entrar, lo que conduce a una lógica de « campos » atrincherados que se excluyen mutuamente y se combaten violentamente. Se trata de una nueva variante de « dividir para reinar »: arriba, una burguesía « modernista, laica, democrática » que se opone a una burguesía « conservadora, islámica, democrática »; abajo, un pueblo « progresista, libertino, revolucionario » que se opone a un pueblo « tradicional, intolerante, fascistoide ». En una palabra, el único medio encontrado por los aparatos del poder real para perdurar es la guerra civil, la del hermano contra el hermano, la de la hermana contra la hermana, la de los padres contra los hijos, la de los « liberados » contra « enturbanados » por la vía de alianzas entre explotadores y explotados a nombre de divisiones que no tienen nada que ver con las reales necesidades y los intereses de clase del pueblo.
c. La manipulación diabólica de la pareja infernal complot-disturbio. En Egipto, tanto como en Túnez y en la Argelia de 1988, la revuelta legítima de la juventud precaria es canalizada por las redes mafioso-policiales hacia violencias nihilistas enmascaradas que se manifiestan con ocasión de reuniones populares. Objetivo: suscitar la demanda de un poder fuerte que garantice la seguridad. Ultimo ejemplo a la fecha, la aparición de un « Black Block » en El Cairo el 25 de enero de 2013. Un « Black bloc » tan infiltrado por la policía como lo estaban los de Gênes en 2011, Montreal, Toronto, Londres, Estrasburgo e incluso el de Heiligendamn.
d. Los asesinatos dirigidos de personajes clave, decididos y organizados por las redes ocultas del poder real. Atribuidos simultáneamente a otros, estos asesinatos tienen por objetivo provocar una fractura irreversible de la sociedad (ver punto a). El asesinato de Chokri Belaïd, así como los en Argelia de Tahar Djaout, Abdelkader Hachani, Mohamed Boudiaf y tantos otros (Liabes, Boucebsi, Flici, Mahiou, Merbah, Belkaid, Alloula, Bouslimani y Cheikh Sahraoui), se inscribe en esta estrategia.
Los movimientos sociales, progresistas o revolucionarios deben ser
plenamente conscientes de esta estrategia para no caer en una trampa
mortal y evitar la suerte del toro que embiste el trapo rojo sin ver la
mano del torero que le clavará la espada en la nuca.
Nota
* Justicia transicional: proceso destinado a pacificar la
sociedad poniendo en práctica un mecanismo que sustituye a la justicia
ordinaria a fin de « voltear la página » del oscuro pasado de la
dictadura o de la guerra civil, y así poner « punto final » a las
demandas de justicia de las víctimas. El ejemplo más propagado es el de
la Comisión de la Verdad y Reconciliación en África del Sur. Por el
momento, en el mundo árabe, Marruecos es el único país hasta el momento
que ha instituido una tal comisión: la instancia Equidad y
Reconciliación. En Túnez, el Ministerio de los Derechos Humanos acaba de
firmar un acuerdo de cooperación con el Centro Internacional para la
Justicia Transicional (CIJT, con sede en Nueva York). "En virtud del
acuerdo, el Centro se compromete a proveer al ministerio una ayuda
técnica en materia de justicia de justicia transicional a través de
diversos ejes, especialmente, en materia de investigación de la verdad,
la reparación, la justicia penal y la reforma institucional,
constitucional y judicial. El CIJT es, igualmente, llamado a aportar
ayuda técnica para la creación de una comisión de verdad y llevar a
cabo un programa de reparación de los perjuicios."
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